La finalidad de una discusión de pareja es que quienes la conforman tengan una oportunidad de aprendizaje para un cambio positivo en sus formas de actuar. Para lograrlo, hay actitudes que debemos evitar.
Por Dirección de Comunicación. 31 agosto, 2018.
Las relaciones de pareja son difíciles de mantener ya que las personas tienen distintas personalidades y costumbres. En una relación, lo ideal es escuchar y comunicar. “Solo al saberse aceptado y comprendido existe en la otra persona la posibilidad de cambio”, explica Carey Campbell, profesora del Programa Académico de Psicología y egresada de Loyola University of Chicago (Estados Unidos).
Para llevar una buena relación de pareja, la especialista recomienda no utilizar palabras que hagan sentir a la otra persona obligada, subordinada e inferior. “Se suele usar palabras como ‘debes’, ‘debiste’ o ‘tienes’; estas indicaciones hacen que la pareja se sienta presionada y restringida”. Asimismo, otras palabras que recomienda no usar son “nunca”, “siempre”, “todo” o “nada”, pues tienden a etiquetar a la persona. Por ejemplo, “nunca haces bien las cosas” o “siempre llegas tarde a la casa”.
La especialista comenta que esa actitud es paradójica puesto que “es una sobregeneralización, aunque una persona lo haga muy frecuentemente es poco probable que lo haga siempre. Y resulta curioso, si pensamos que nuestra pareja lo hace “siempre” entonces ¿por qué nos sorprendemos y enojamos?”. Además, al usar estas palabras, la pareja anula las posibilidades de tener una conversación productiva pues se enfrascará en acusaciones tajantes con actitudes defensivas.
Contrario a esta actitud, Campbell señala que debe explicársele a la pareja la importancia o valor al solicitarle una determinada acción. “Es preferible una postura que invite a la pareja a una acción a través de palabras como ‘me encantaría’, ‘me gustaría’ u otras que permitan que la pareja perciba el valor que tiene la solicitud de cambio”, apunta.
“La pareja necesita conversar sobre lo que quiere lograr, entenderse y no interpretarse. No es una batalla para ver quién gana o convence al otro, eso un reto de cómo nos entendemos y así la pareja puede quererse más y mejor”, finaliza Campbell.